domingo, 26 de abril de 2009

Oreja para Morante de la Puebla

Por Juan Iglesias desde Sevilla

Amaneció lloviendo pero para las 6:30 pm hora de los toros aquí en Sevilla, el cielo habia limpiado sus nubes para que el sol apareciera a tiempo, como a tiempo llegamos nosotros junto con los trece mil espectadores netre aficionados y curiosos que volvieron a llenar la Maestranza.

Los toros programados fueron de Jandilla, de Borja Domecq, tuvieron la presencia y el trapio, el mas grande fue el sexto que marco 590 kilos, pero carecieron de bravura y fuerza, el peor fue el tercero, a la mitad de la faena de muleta decidio que ya habia sido suficiente y se hecho en el ruedo, torero y peones lo intentaron levantar pero no pudieron.

El toro antes que decidir levantarse por voluntad propia decidio echarse cuan largo era cual manso perro jugando al muertito. Castella previa consulta al juez, se retiro del ruedo y el peon puntillero procedio a eliminar al manso Jandilla. La Maestranza hizo sentir pitos al arrastre. En Acho esto hubiera generado una bronca de escandalo al ganadero, diferentes publicos, diferentes reacciones.
La tarde fue mas que ligera, sosa e insipida.

Juan Serrano, Finito de Cordoba, el veterano de la terna, no quiso y creo que ya no puede. Que manera de caminar y salirse del sitio! En su primero mas que en su segundo, lo mejor que hubo fue la brevedad de sus trasteos que nunca llegaron a ser faena, se zafo de los bultos rapidamente. Igual sus paisanos andaluces lo premiaron con silencios que debieron ser bronca.

El sevillano Morante de la Puebla hacia su tercera presentacion de las cuatro que pacto para esta feria y sabia que algo tenia que hacer para justificarse. A su primero no le pudo hacer mucho porque el toro no tenia un pase. En el quinto, sus ganas y decision conectaron con su publico y le valieron una oreja, pedida por la plaza, pero que tranquilamente pudo haberse ignorado.

Sebastian Castella en el tercero estuvo por encima del toro todo el tiempo hasta que su peon lo apuntillo. En la Maestranza el peon de cada matador debe apuntillar al toro una vez que este dobla, y lo debe hacer entrando por delante, no por detrás. En el sexto toro salio a por todas y llego a brindar al publico la muerte de este, lamentablemente este sexto no se dejo y apenas le daban un espacio se tiraba a tablas. Palmas y fin de la tarde.