martes, 3 de junio de 2014

Inconmensurable

Inconmensurable. Unica forma de calificar lo hecho hoy por Perera en Madrid y tuve la suerte de vivirlo desde un tendido alto de sombra con mis amigos Luz y Bill Cannon. Que un torero del autodenominado G5 se apunte a una de encaste minoritario -antes duros- es auténtica novedad porque usualmente transitan y se mantienen en sus cómodas o acomodadas corridas (llamadas) comerciales. Y la de Adolfo Martín viene emparentada con la de Victorino. De ahí el grado de dificultad, por su esencia, por su genotipo, toros-toros en la aspereza que puede tener uno de ese género a día de hoy y lo dificil que resulta un triunfo ante ellos o a pesar de ellos.

Pues resulta que los adolfos estuvieron en Martín sin llegar ninguno a ser alimaña de la casa vecina pero presentando complicaciones del encaste: Casi nulo juego en capotes salvo echarle percal abajo para enseñar, revoviéndose muy en corto los primeros tres, probando y midiendo con esos puñales descarados y ofensivos en la testa con importante condicionante, la justeza de casta y flojedad y el excesivo castigo en el caballo.

Moderado esto último mediada la tarde los adolfos guardaron fuerzas para desplazarse evidenciando los segundos de los lotes recorrido sin tropezones ante paños y distancia para tomarlos. Lo pedían a gritos. Ferrera no lo entendió. Naufragó con muleta retrasada y vaciando afuera. No conectó salvo en babderillas, rocambolescos andares con exposición. Urdiales dejó lo mejor de capote y medio flotó con el quinto que debió desorejar porque lo entendió mediada faena y le endilgó naturales en el sitio profundos y aguantando tela. Perera ahí lo empezó a ver y autoconvencerse que podia y pudo. Bregó al sexto largando tela abajo y templando, no permitió excesos a caballo y enrazado se fue a brindar para luego sobar por bajo y construir faena maciza y justa en series no largas pero con esa verdad que luce poderle y torear uno de estos que nadie quiere y pocos torean por necesidad. Pero poderle en sus terrenos con su distancias vaciando para adentro la humillada embestida del adolfo apostando por ligar en el sitio del triunfo o de la cornada, cruzando esa muralla que divide a los poderosos incluso dentro del mismisimo G5. Perera ha marcado un hito en la historia para bien de la fiesta y para mal de sus amigos. Figura sí, pero que se arrimen, toreen y triunfen como él lo hizo hoy. A Perera lo que es de Perera. Dos puertas grandes consecutivas en Madrid y con variedad de encastes. Olé!!


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