martes, 19 de enero de 2016

Tauropolis: Carta abierta para la Beneficencia, por una escuela taurina en Acho

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Hemos recibido esta sentida y emotiva carta abierta como un reclamo de un joven aficionado que sintió algún día la necesidad de ser torero.

Por añadidura, la queja no queda en estantes de un sistema que requiere una refundación, sino que reclama a sus dirigentes, en este caso a la Sociedad de Beneficencia de Lima en su calidad de propietaria de la Sesquibicentenaria Plaza de Toros del Acho, y por ende, toca el tema también a la Municipalidad de Lima Metropolitana, en su calidad de ente gubernativa de instancia superior que tiene entre sus facultades conferidas por el Ejecutiva, administrar a la SBLM.

En ella, Jhonny López expone sus sentimientos ante el toro, ante la fiesta y su grandeza, ante Acho y su historia, que en un futuro cercano pretende, si las circunstancias se dan, ser parte protagonista de ella.

Una queja que nace a contraluz de la actualidad en la que las luces de los triunfos de los dos jóvenes peruanos en Europa, Andrés Roca Rey y Joaquín Galdós, son la equivocada punta de un iceberg que debajo esconde pobreza y desestructura en la cimiente del toreo nacional, que adolece de escuelas taurinas y, lo que es peor, de oportunidades a los novilleros. Cero novilladas en los casi 600 festejos que se dan por año. Si acaso, alguna que otra mixta. Escaso, por no decir, nulo, apoyo a los novilleros/becerristas en las ferias, Acho y provincias, donde no se les anuncia.

Por eso, nos hacemos eco del sentir de este joven peruano que busca oportunidades, al menos, la de aprender para luego ver si puede llegar. 


DATO: En enero del 2012 se publicó en la página FB de la ETA que “las clases no empiezan porque la Beneficencia no da el permiso esperamos que se solucione nos puedan dejar entrenar el lunes… hasta hoy.  Algún esfuerzo aislado existe, pero no es el oficial por tanto no cuenta con apoyo de ningún tipo.



CARTA PARA ESCUELA EN LA PLAZA DE ACHO
¡Perú, país donde hay más de 500 corridas anuales! Tarde de noviembre del 2014. Llego a Acho como un foráneo en su propio país. Cartel de “El Fandi”, Fandiño y Fernando Roca Rey. Quedo maravillado y encantado a los 22 años. Llega mayo y de casualidad veo la Feria de Abril, allá en Sevilla, ciudad bendita. Desde esa feria no he parado de ver a toros y de indagar. Y no solo eso. No he parado de soñar. Acho es tan grande que no se le conoce y no se le respeta.

¡Acho es parte de la historia del Perú y de la tauromaquia a nivel mundial! ¿Por qué no tener una escuela en Acho? ¿Por qué no hacer resurgir a esta plaza con gente su propia gente, gente del toreo? Yo me pregunto: ¿Dónde queda la historia nacional de los peruanos, y su identidad como tales? Acho necesita de todos nosotros, de toda su gente taurina. Ahora bien, sale la escuela y huyen los interesados por estar ahí. No se vale colocar precios como los de la feria tampoco. ¡La más cara del mundo y no aparenta serlo! (salvo por los valientes de traje de luces).

Cae la noche y suelo ver videos de la Acho. Si, de la Acho. No de España o Francia. De mi país, su feria limeña y su gente. Y me pregunto: ¿así como yo, cuántos jóvenes, niños, personas de toda edad quisieron estar en el ruedo y llenar de arte la vista de todo el público? De haberlo sentido antes, de haber conocido este arte antes, lo que sería de mí, no lo sé. Lo que sí sé es que estoy feliz de apreciar y entender este hermoso arte, donde en una tarde, común y corriente para muchos, principalmente 2 personajes transmiten toda su preparación, ambos, torero y toro de lidia.

A la Beneficencia, y autoridades del país que pueden hacer algo por la tauromaquia, le pido que tengan una buena elección al escoger el grupo encargado. Que se den cuenta, de verdad, que Acho significa mucho para el peruano taurino, y el extranjero también. Que Acho no solo debe ser algo sobre papel y memoria, sino también parecer y tener esa identidad de plaza grande y de las primeras históricamente.

Por último y ahora sí, les pido una escuela en la plaza. Una escuela donde niños, jóvenes y todos, soñadores toreros, banderilleros, picadores, mayorales, tengan un refugio donde conozcan y aprendan sobre este arte, sobre la tauromaquia. Solo así se podrá transmitir de manera correcta todo lo que se habla tanto. Solo así se podrá transmitir esta, nuestra cultura taurina. Gran cultura, parte de nuestra identidad nacional.

Actualmente soy estudiante y no veo correcto decir que toreo por respeto a los maestros que al menos cuentan con mucha más preparación que yo, pero sí puedo decir que practico el toreo. Y lo practico solo en mi casa, en un rincón amplio habilitado por mí mismo. Pero eso no es suficiente. Falta algo importante. Falta eso que inspira a uno, que hace soñar. Falta la plaza. Señores, habiliten ustedes una escuela, esa escuela que nos hace falta.

Plaza llena. Tarde de no hay boletos. Los flamencos y pasodobles retumbado Lima. La expectativa de ver a sus toreros. La gente atenta. El paseíllo por empezar. Los “ole” y aplausos.  ¡Toreros peruanos! ¡Toreros del Perú! Soy soñador. Soy humano. Soy peruano. SOY TAURINO.
LÓPEZ HAUYÓN, JHONNY
Una simple persona, que torero quiere ser.